Lanzar un negocio implica buscarle un nombre. Las marcas se llaman de alguna forma, ¿no?. Pero a veces esta tarea se complica más de la cuenta. O no dependiendo de la inspiración o lo que permita la marca. Lo que sí está claro es que encontrar la nomenclatura perfecta para un negocio es algo que hay que hacer. Porque además solemos creer que gran parte del éxito de una marca es su nombre: corto, que se recuerde, que represente y dé información… Si le pedimos mucho a un nombre, no nos queda más que dedicar el tiempo a encontrar ese nombre.
A todo este trabajo se le conoce como naming. Pero, ¿cómo se hace? Hoy vamos a repasar algunas pautas para bautizar una marca o al menos sentar las bases hasta llegar al nombre perfecto.
Primero, cuál es nuestra perspectiva
¿Qué nos interesa? Dar información del sector de nuestra marca, ser creativos, conseguir atención, ¿definir un valor? Lo primero para saber cómo queremos llamar a nuestro negocio es saber a qué hacer referencia. Sí, estrategia también hasta para encontrar un nombre.
Podemos, por supuesto, elegir no informar de nada y que simplemente sea un nombre que represente por ejemplo al CEO. O quizá al momento en el que se nace dicha empresa. Es cosa nuestra, pero tener un foco nos ayudará a ir tomando decisiones o al menos descartar opciones.
Muchas opciones, un solo nombre
Una vez que ya tenemos claro cuál es nuestro foco toca pensar si vamos a ser creativos para, por ejemplo, usar abreviaturas o directamente entenderemos a un nombre descriptivo. Por ejemplo, Don Limpio. En el caso de que sea algo totalmente inventado es importante que nos centremos en que sea coherente, distinto y único. Pueda ser recordable y evite connotaciones negativas.
Algunos pasos para encontrar nombre
Volvemos a necesitar nuestra plataforma de marca que describa nuestra esencia y promesa para encontrar ese nombre que ya empieza a comunicar la plataforma. Un segundo paso será estudiar la competencia, qué nombres se ven por el sector, ¿nos representan o queremos irnos a otra área?.
Crear, crear y crear nombres. Una inmensa lista. Valorarlos, repetirlos, reformularlos. Traducirlos… Existen muchas técnicas que nos ayudarán a encontrar el nombre perfecto. Incluso buscar historia relacionada con nuestro sector podría ayudarnos.
El último paso es, sin duda, someter el nombre a una evaluación. Como hemos dicho antes, saber si es exclusivo, si induce a error, si ya existe o si es recordable serán algunas de las preguntas que debemos hacerlo.
Lo siguiente si ya más o menos tienes la idea es ir representándolo en tu marca y ver si encuadra en lo que estás construyendo.