Si hablamos del término auditoría en un contexto de negocios lo asociamos a cuentas, números, gestión o recursos humanos, pero no se suele pensar en la marca. Todo cuanto contribuya a que una empresa se consolide y crezca debe tener establecido un proceso de revisión y ajustes para continuar su evolución. Por tanto, las marcas como elementos estratégicos que son de una idea de negocio, deben ser revisadas periódicamente. Pero no hablamos solo de revisión gráfica, sino de todos aquellos elementos intangibles que la construyen y la hacen ser fuerte -en cuanto al consumidor- y rentable/eficaz en cuanto a la evolución del negocio.

¿A qué nos referimos entonces por auditoría de marca? Al movimiento estratégico que nos va a permitir conocer, comprender y obtener la situación de la marca en el mercado, en su sector competencial, en la mente del consumidor y en el impacto que tiene en el modelo de negocio. La auditoría de marca es la revisión pormenorizada de la eficacia de la marca que nos va a ayudar a determinar los puntos fuertes y débiles, las oportunidades de desarrollo y evolución y a plantear acciones de corrección si hay alguna incoherencia que pueda perjudicar a la marca en el futuro.
Este es el objetivo principal, obtener un dato real de la situación de la marca, comprenderlo y poder actuar estratégicamente en consecuencia

Es como dar un paso atrás y observar el panorama general y el escenario desde la perspectiva de un tercero, ya que muchas veces los gestores de la marca pueden inclinarse por las estrategias y las operaciones de la marca que pueden o no ser buenas para la marca y la empresa en general sin tener en cuenta otros aspectos: tendencias, competencia, entorno, hábitos de consumidor, etc.

¿Cuándo auditamos la marca? Periódicamente, se establecen indicadores (KPI´s) que nos arrojan datos medibles sobre el rendimiento del modelo de negocio y por tanto de la marca. Sin embargo, como hemos indicado anteriormente la marca debe ser sometida a una revisión estratégica sobretodo cuando se plantean varios escenarios: cuando la marca tiene que hacer frente a problemas de percepción, posicionamiento o ventas; cambio de marca; nuevo enfoque del modelo de negocio (por innovación o desarrollo de nuevas líneas de productos y/o servicios); o por cambios de mercado o cambios en el comportamiento del consumidor.

La auditoría de marca va a ayudar a la marca y a la empresa a centrarse en la oferta de producto/servicio y en los clientes existentes y potenciales para satisfacer sus demandas y expectativas.

Ayuda a definir por qué el cliente es fiel a la marca o no, cuáles son las variables que actúan como factor de atracción y hacen que los nuevos clientes se acerquen a la marca, y qué pasos hay que dar para diseñar la estrategia que mantenga a los clientes fidelizados guiados por el propósito y la esencia de la marca.